Teatro Griego Frank Romero Day. En este sitio nos encontramos este sábado 6 de marzo para cubrir la ceremonia artística más importante de Mendoza y la culminación de tantas especulaciones sobre quién será la representante de los mendocinos.
Arribar al cerro no fue problemático: los taxis abundaban con sus tarifas de 30 pesos y los micros recogían las colas insistentes de personas que no querían perderse el show, aunque esto
significará llenarse de la típica tierra mendocina del cerro, puertas afueras de la “celebración de los mendocinos”. Una vez que arribamos encontramos colas para entrar al Teatro Griego que fueron objeto de críticas organizacionales (“no puede ser hermano, cada vez esto esta peor, 40 minutos de cola y vamos por la mitad” se escuchó por ahí). Lo positivo es que cada policía sabia sin duda a donde había que ubicarse (“metete en la cola y ahí te dividen al final”).Después de cruzar la entrada, nos disponíamos a ocupar lugares en el sector Bonarda. Otra Odisea. Si la fila gigante avanzaba lentamente, podrán imaginarse que el lugar estaba atestado de personas sentadas y paradas. Incluso los sismos no impidieron que gente irresponsable se apropiara de las escaleras para ocuparlas de asiento…Pero finalmente conseguimos sentarnos en una buena ubicación, donde conseguirle videos de calidad al público joven de nuestra web (ver videos)
El show no escapó mucho de lo rutinario. La historia mendocina contada por 4 caballos fueron la característica de esta fiesta, en la que se incluyó desde los huarpes hasta la idea del Bicentenario, pasando por la clásica imagen de la Virgen de la Carrodilla. Su aparición fue simultánea con un acontecimiento muy esperado: la entrada del gobernador Celso Jaque, el cual no pudo sortear los silbidos que desde las gradas se le dedicaban. Siguiendo con el show, la parte más emotiva fue la referida al cruce de los Andes en la cual el público se levantó y aplaudió recordando las orgullosas raíces del ser mendocino. Otro momento destacado fue cuando una artista voló suspendida por una especie de subi-baja gigante que los artistas supieron manejar muy bien, en una clara referencia a la libertad.(continua)
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